Autor: Lic. Frida Sofía Cazares Rojas.
En la actualidad, mucho se habla sobre el tema de la inteligencia artificial (IA) y de su implementación en diversos sectores que son parte de nuestro día a día, pero ¿sabemos realmente de qué se trata? Si bien es cierto que la IA es una tecnología todavía desconocida, también es verdad que ya existe bastante información sobre la misma. Sabemos que estos sistemas son capaces de captar y procesar la información para actuar e imitar el pensamiento lógico de un ser humano, de ahí la innovación de esta tecnología.
Ahora bien, con el paso del tiempo se han ido incorporando estos mecanismos a múltiples rubros como lo son las finanzas, la educación, el comercio, la logística, el transporte y, sin quedarse atrás, la recaudación de impuestos.
En su Plan Maestro 2024, el Servicio de Administración Tributaria determinó que utilizará Inteligencia Artificial (IA) para una mejor planeación en los procesos de recaudación. Dando énfasis en que se implementarán modelos de analítica grafos y machine learning (aprendizaje automático) para la clasificación de los contribuyentes de riesgo, la identificación de redes complejas de elusión y evasión, así como la detección de inconsistencias en CFDI asociadas con el contrabando y empresas fachada. Dicha tecnología se va a centrar en los rubros de:
- Actividades vulnerables
- Aplicaciones improcedentes de saldos a favor de IVA
- Impuestos de comercio exterior
- Impuestos internos
- Mercado de combustibles
- Operaciones simuladas
- Simulación de pensiones
- Tercerización de pago de nóminas
Enfocados en los sectores automotriz, bebidas alcohólicas y cigarros, comercio mayorista y minorista, construcción, electrónicos, entretenimiento y espectáculos, farmacéutico, hidrocarburos, hotelería y alojamiento, entre otros.
Pero ¿qué quiere decir el SAT con lo anterior? ¿hasta qué punto se van a utilizar estas tecnologías y de qué manera? La información que se tiene hasta el momento señala que estos modelos de análisis de inteligencia artificial trabajarán para detectar el nivel de riesgo de los contribuyentes, lo anterior por medio de una clasificación basada en sus operaciones fiscales, como lo es el tipo de actividad en la que tributan, las facturas que emiten, las declaraciones que presentan, etc. Lo anterior para saber si existe o no un riesgo en determinados contribuyentes y, en caso de que exista, alertar a la autoridad para que inicie los procedimientos de fiscalización pertinentes.
Esta implementación de inteligencia artificial, además de tener como objetivo principal la detección y reducción de la evasión y elusión fiscal, también pretende mantener e incluso superar los niveles de recaudación históricos alcanzados el año pasado, pues con la utilización de estas herramientas es mucho más rentable para la autoridad emplear procedimientos de cobro a los contribuyentes que, a su consideración, no estén cumpliendo con sus obligaciones fiscales.
Cabe resaltar que esta no es la primera vez que alguna dependencia de la administración pública adopta la incorporación de estas tecnologías, pues ya existen diversos ejemplos en los servicios públicos, como lo son los chatbots en las páginas de internet de diversas dependencias, mismos que entienden y procesan el lenguaje natural para atender dudas, recibir quejas o sugerencias de los ciudadanos. Otro ejemplo es la plataforma JulIA: configurada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, JulIA es un buscador jurídico que permite el acceso a tesis, ejecutorias y procesos legales a la población en general, procesando el lenguaje coloquial para que, aquellos que no tienen una formación jurídica puedan identificar dichos textos con facilidad.
En conclusión, esta es una de las primeras acciones tomadas por el SAT, y en general el gobierno mexicano, para mejorar su efectividad y resolver las problemáticas que se le presentan de una forma más rentable, sencilla y rápida, dando además un paso hacia la modernización de la gestión tributaria del país.
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